Getsemaní
El arrabal de la ciudad no estaba incluido en el plan de fortificación de Cartagena de Indias realizado por Bautista Antonelli en 1595 ya que, por aquel entonces, sólo existían el convento de San Francisco y el matadero. Décadas más tarde, el arrabal había sido poblado y el gobernador Francisco de Murga decide abaluartarlo también a principios de la década de 1630.
Getsemaní quedaba así incluido dentro del recinto amurallado, siendo la Puerta de la Media Luna el único acceso a la ciudad desde tierra firme. Las cortinas pétreas, además de su clara función defensiva, intentaban ser también un elemento que dificultase el contrabando llevado a cabo en el arrabal, que a partir de entonces estaría cercado por todos sus lados a excepción de la parte próxima a la antigua ciénaga de la Matuna, ya que en caso de ser tomado por enemigos supondría una amenaza para las cortinas y baluartes del centro.
En la actualidad se conservan los baluartes de San Miguel de Chambacú, San José y San Lorenzo, también conocido como El Reducto. Es el único tramo del conjunto amurallado que, tal y como fue proyectado, se mantiene aún al borde del agua. La Puerta de la Media Luna y todo el sector sur, cercano a la calle del Arsenal, fue destruido a principios del siglo XX.