Cartagena de Indias, D. T y C., viernes 28 de diciembre de 2018- “Soy ama de casa, toda mi vida la he vivido en El Espinal; me gustan los emprendimientos y gracias a Dios y a la Escuela Taller, se dio la oportunidad de capacitarme en manualidades y estrenarme como emprendedora”. Con estas palabras, Liz Patricia De Arco, cerró felizmente su ciclo de talleres y actividades de salvaguarda del patrimonio cultural.
“Ha sido una gran ventaja para mucha gente del barrio de todas las edades; es una puerta que abre la posibilidad de enseñarle tanto a niños, jóvenes como a personas mayores, técnicas para elaboración de objetos decorativos a partir del reciclaje de botellas de plástico, papel y cartón. A veces tenía que dejar un rato las clases para ir a cocinar el almuerzo, pero en la noche aprovechaba para adelantar un poco; al final, esta experiencia ha sido maravillosa porque nunca es tarde para aprender y emprender”, añade Liz Patricia.
Testimonios como el de Liz, recrearon la clausura del apoyo entregado por la Escuela Taller Cartagena de Indias que permitió a la Junta de Acción Comunal de El Espinal, adelantar una agenda de trabajo creativo y social en este sector ubicado en el área de influencia del Castillo San Felipe de Barajas.
Durante la clausura realizada en la plazoleta de Ingenieros militares del Castillo de San Felipe de Barajas, los beneficiados del acompañamiento de la ETCAR, presentaron los resultados de los talleres transformados en coreografías infantiles y de adultos mayores, así como una exposición de elementos reciclados convertidos en faroles, espejos, floreros, revisteros y espejos.
¡Con otras oportunidades, sí se puede!
Para Zulay Castro, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal del Espinal:
“El apoyo brindado por el Ministerio de Cultura a través de la Escuela Taller, realmente tuvo para nosotros un valor muy representativo y significativo, porque la comunidad del barrio El Espinal jamás había tenido un espacio con un proyecto como éste; nos sentimos agradecidos porque nos han tenido en cuenta, nos han dado la importancia que no sentíamos y sobre todo que los niños lograron interactuar de tal manera que se alejaron de sitios peligrosos para ellos, sus momentos de ocio los dejaron a un lado y vieron que existen otras oportunidades, que sí se puede”.
“La experiencia con las manualidades fue espectacular; pasamos un rato sabroso en las clases, nos divertíamos y nos conocíamos más con los vecinos; así que todo fue de maravilla y espero que el año que viene sigamos aprendiendo para crear nuestras pequeñas empresas.
Hacíamos espejos con cartón, lo forrábamos con periódico, luego con unas capas de servilletas y de último con porcelanicron”, narró una de las artesanas beneficiadas.
El proceso de formación inició con danza, música, gaita, percusión y un ciclo de talleres de manualidades que beneficiaron a cerca de 70 personas, incluyendo niños y niñas entre los 7 y 10 años, adolescentes, jóvenes y mujeres amas de casa en su totalidad, adultas mayores.
“Actividades como éstas son valiosas para la comunidad, porque alejan a niños y jóvenes de malos pasos y a que no estén parados en las esquinas o en malos hábitos como la droga o la prostitución; y por el contrario, aprenden cosas útiles que los motivan al emprendimiento y a salir adelante”, enfatizó Yasmired, con gran satisfacción.