Cartagena de Indias, domingo 31 de diciembre de 2017.- El Ministerio de Cultura y la Escuela Taller Cartagena de Indias (ETCAR) presentaron a la ciudadanía los resultados de la fase de diagnóstico del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) de las murallas y el Castillo de San Felipe de Barajas, el pasado 30 de noviembre y 1 de diciembre de este año.
Esta fase, que hace parte del proceso de elaboración del PEMP de murallas y Castillo de San Felipe, tenía como propósito establecer una línea base del estado general de estos Bienes de Interés Cultural (BIC), a partir de un estudio multidisciplinar que inició en abril de 2017, con la participación de historiadores, psicólogos, comunicadores sociales, arquitectos restauradores, ingenieros especialistas en patrimonio, abogados y restauradores de bienes muebles.
Los hallazgos, muestran el estado de conservación físico de las murallas y el Castillo de San Felipe de Barajas en la actualidad, así como los valores culturales inmateriales asociados a los mismos, los cuales servirán como insumo para la formulación de medidas de manejo, programas y proyectos que garanticen la protección, conservación y sostenibilidad de estos BIC, Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
De acuerdo a los componentes disciplinarios trabajados por los profesionales que integran el equipo de diagnóstico, que son: físico, inmaterial y urbano, se encontró que el estado físico de las murallas y el Castillo de San Felipe presentan concentración de patologías en el 24% del material pétreo y sus componentes. A su vez, a causa de la relación directa de estos Bienes de Interés Cultural (BIC) con la red vial y alto flujo vehicular del Centro Histórico, se han generado afectaciones estructurales por las constantes vibraciones.
Adicionalmente, se pudo establecer que la principal amenaza del cordón amurallado y el Castillo de San Felipe está relacionada con la frecuencia e intensidad de vendavales e inundaciones; así como las afectaciones generadas por la relación con los cuerpos de agua, lo cual es el riesgo principal identificado para la conservación de la calidad material de estos bienes. Igualmente, para mejorar las condiciones de los mismos y evitar accidentes, se expone la necesidad de mejorar la iluminación y seguridad en todo el circuito amurallado.
Por otro lado, en cuanto al diagnóstico inmaterial, el hallazgo evidencia una prevalencia del patrimonio material (murallas y Castillo de San Felipe) sobre el inmaterial; el enfoque de los BIC hacia fines turísticos en perjuicio de los usos locales, lo cual ha afectado la apropiación social de estos BIC por parte de los habitantes de la ciudad, modos tradicionales de vida, dinámicas de barrio, actividades recreativas y costumbres referentes a la tradición oral y la cohesión social relacionados con los mismos.
Asimismo, se evidenció la falta de una señalización adecuada en las murallas y Castillo de San Felipe, que permita una correcta interpretación histórica y cultural de estos bienes por parte de las personas que los visitan, y se requiere la elaboración e instalación de contenidos que orienten los recorridos y visitas al sistema fortificado.
Aparte de ello, se da cuenta que alrededor del cordón amurallado y el Castillo de San Felipe se da un aprovechamiento económico que amerita la formulación de lineamientos de usos coherentes y compatibles con la vocación cultural del entorno, y se reconoce la necesidad de realizar un programa de gestión de colecciones del conjunto de bienes muebles que hacen parte del sistema de fortificaciones, con el fin de favorecer no solo su protección, sino el reconocimiento de los mismos como parte integral de ellos.
Sobre el componente, el informe evidencia una vocación de uso asociada al aprovechamiento tradicional del espacio en las murallas y baluartes, para usos como marinas, mercados, pesca, juegos tradicionales, sitios de recogimiento, escenarios de fiesta y otros. Igualmente, el diagnóstico manifiesta que hay un gran potencial de generación de espacio público de calidad asociado al punto de articulación del Castillo con el Centro Histórico y al canal interno de lagunas.
Asimismo, deja claro que el Castillo de San Felipe tenía una fuerte comunicación histórica con la ciudad, la cual se desvaneció al perder el Revellín de la Media Luna; además, expuso que los principales valores culturales del sistema fortificado de Cartagena de Indias se encuentran ligados a la estrategia militar defensiva, y de acuerdo al análisis de la delimitación actual de las murallas y Castillo de San Felipe, se pudo determinar que existen áreas de alto valor histórico y visual excluidas de la misma, que deberán ser protegidas a partir de la redefinición de la zona de influencia.
La revisión de las condiciones de la normativa urbana actual de la zona de influencia actual de estos BIC, deja ver una amenaza para la conservación de las relaciones paisajísticas y los valores visuales de la estrategia de defensa histórica de la ciudad; por esta razón, el PEMP de las murallas y Castillo de San Felipe, que adelanta el Ministerio de Cultura y la Escuela Taller Cartagena de Indias (ETCAR), administradora de las Fortificaciones, tiene como objetivo fundamental dar lineamientos para el control de la edificabilidad y el uso en las áreas comprendidas entre el Castillo, el Cerro de la Popa, murallas y los demás elementos del planteamiento militar de seguridad de Cartagena.
Una vez formulado el PEMP, se presentará ante el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural en el primer trimestre de 2018 para su aprobación e implementación. Posteriormente se buscará su integración al Plan de Ordenamiento Territorial, POT, de Cartagena.