El Baluarte de San Lucas se emplazaba originalmente sobre el caño de Juan de Angola y, junto con el de Santa Catalina, eran los encargados de defender la ciudad por el noroeste, donde terminaba la avenida de la Cruz Grande. Proyectado por Bautista Antonelli en 1595 fue Cristóbal de Roda, hacia 1617, el responsable de su construcción. Roda respeta la traza de su predecesor aunque modifica en parte su plano, avanzando los baluartes de San Lucas y Santa Catalina para incluir dentro del recinto amurallado unos terrenos fértiles y con numerosos jagüeyes situados en el barrio de San Diego.
Las ideas italianas de abaluartamiento algo obsoletas aplicadas por Roda, no fueron del agrado del gobernador y también ingeniero Francisco de Murga que prefería las nuevas tesis originarias de Flandes. Murga dirigirá la construcción entre 1631 hasta su finalización en 1638, extendiendo la fortificación con fosos y revellines.
El San Lucas quedó parcialmente destruido tras las voladuras de las tropas del barón De Pointis en 1697, y al igual que otras defensas de Cartagena, será reconstruido en 1719 por el ingeniero Juan de Herrera y Sotomayor. Tiene una rampa de acceso, dos tendales, dos garitas, un parapeto atronerado y otro a barbeta.
